la biblia y politicaComo todo ciudadano que ejerce su derecho de voto  en Chile   para elegir  autoridades, lo hacemos confiando en que las promesas de campaña son verdaderas, pero no siempre es asi.
Cuantas veces hemos escuchado, vamos a terminar con la pobreza, vamos a terminar con la desigualdad, vamos a tener una educacion de calidad y gratuita para todos  etc…
Al poco andar nos damos cuenta   los politicos muchas veces  mienten para gobernar y esto es  algo que se ligitimado con el tiempo, desde un sector y otro encontramos  estas ofertas   de compromisos que al final no hay ninguna intencion de cumplir.
¿Qué pasa con nuestros líderes  políticos, son hombres y mujeres fieles a su palabra o infieles?
Los cristianos cuando ejercemos nuestro derecho a elegir creemos que las promesas hechas  son verdad y lo creemos por fe, en general esta  palabra  que para nosotros es tan significativa para  muchos en nuestra nación  significa “superstición”, “estupidez” o una “fantasía por  creer en algo sin, contar con  toda la evidencia”. La fe es  lo contrario de la ciencia. Esto nunca es lo que entendemos por la palabra fe  pero es cómo nuestro mundo está usando la palabra y, lo que nos oyen decir cuando usamos la palabra fe.
Sin embargo, estas semanas   hemos  escuchado criticas del   ex presidente Sebastián Piñera al  gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, el ex presidente   cuestionó las reformas del gobierno, diciendo que éstas iban “en contra de la filosofía de la libertad”
También dijo: “Este programa tiene algunos elementos que deben ser revisados y ojalá corregidos porque en mi opinión no apuntan en la dirección correcta”, dijo el ex mandatario en una extensa intervención,  que “cuando vemos los resultados de 2014 uno puede echarle la culpa a la economía internacional y creo que no corresponde; o también echar la culpa al gobierno anterior, que tampoco corresponde”.
Sobre la reforma educacional, sostuvo que al revés del gobierno él “habría promovido el financiamiento compartido a todas las familias” y que “es absurdo centrar la inversión en fierros y ladrillos”.
También dijo “el liderazgo es conducir al país donde los demás quieren estar, y la falta de liderazgo es conducir donde los demás no quieren estar”.
De ahí que llamó al Ejecutivo a tener “menos voluntarismo, menos eslóganes, menos división, más diálogo, más unidad, más cordura, más búsqueda de acuerdos”.
El ministro Peñailillo salió a enfrentar a Piñera recordándole los desaciertos de su gestión y pidiéndole más tino.
“Yo le pediría a un Presidente de la República que dejó la economía a la baja, que destruyó la salud pública, que no cumplió nada de su agenda anti delincuencia, recordemos las frases de campaña, que destruyó las instituciones, recordemos el caso Impuestos Internos, la encuesta Casen, “el mejor censo de la historia”. Le pediría a un Presidente de la República que definió a la educación como un bien de consumo, que tenga tino y prudencia y que la verdad, no se deje llevar por la ansiedad de pre candidato presidencial”, dijo el jefe de gabinete.
 
El tema que me ha interesado al escribir este artículo  es la cuestión de la honestidad y la integridad, de promesas incumplidas y el decir mentiras.
Antes de las elecciones los políticos hacen promesas sobre lo que van y no van a hacer, una vez elegido. Estas promesas se hacen en el fragor de la batalla electoral. Los políticos están desesperados por ganar el apoyo de los votantes, porque ellos tienen que ganar las elecciones.  Los políticos  son acosados ​​por los periodistas y los medios de comunicación para que se comprometan en  posiciones en toda clase de asuntos y son despreciados cuando se niegan a contestar o desean reservar su opinión. La oposición tiende a hacer promesas poco realistas más que el gobierno, ya que saben lo que está mal, pero  ellos no han tenido que asumir  la responsabilidad de todas las decisiones que los gobernantes han tenido que tomar. El pueblo quiere planes concretos,  garantías de que serán ayudados.  Todas estas presiones hacen asumir compromisos, promesas difíciles de  cumplir.
En tiempos pasados un compromiso de  palabra era tan válido como un documento firmado ante un notario o juez que atestigua el  acuerdo, ¿porque es tan importante esto?: Decir la verdad es la base sobre la que alguien puede confiar en ti y poner la fe en tus palabras. Sin la verdad es imposible (o estúpido)  confiar.
Para decirlo en el lenguaje bíblico  sin fidelidad es imposible (o estúpido)  tener fe. No se puede confiar  en alguien que  no es auténtico, poner  su fe en alguien que no es veraz solo trae decepción. Esto llevará a las relaciones rotas, la hostilidad, el escepticismo y el cinismo y la incapacidad de comunicarse. Cuando nadie cree una palabra de lo que dices, su conversación es una completa pérdida de tiempo, lamentablemente esto es lo que he visto en estos últimos tiempos.  El no poder mantener sus promesas destruye  algo tan manoseado como es el capital social de una comunidad, destruye la justicia y corrompe todo ejercicio del poder.
La confianza es necesaria para una buena   relación. Sin embargo, una vez que se rompe la confianza no se puede recuperar fácilmente.  Es importante cuando hacemos  promesas tener  el poder y la capacidad de cumplirlas, cuando usted no puede cumplir con su palabra, o  no puede cumplir su promesa, es importante que se  disculpe y trate  de cumplir con lo que le  sea posible, haciendo honestamente  su  mejor esfuerzo.
En la elección  de  nuestros   líderes  en un mundo donde todo  es relativo debemos poner mucha atención en  el carácter  de nuestra clase política, sus  logros, su manera de vivir, de conducir sus familias, sus negocios   son guías muy importantes,  más que los planes, promesas  políticas. Alguien que no es  capaz de  cumplir sus promesas sagradas a su cónyuge, a sus hijos, a sus empleados, a sus patrones,  no se puede esperar  que pueda cumplir sus promesas políticas realizadas  en la campaña electoral. Si  son infieles a su amada, ¿por qué habríamos de esperar que sean fieles al electorado? Esta es la razón por  la cual  la  vida privada de las figuras públicas es tan importante, nos muestra  el  corazón  del hombre, el carácter, la fidelidad y la honradez con la que va a enfrentar su servicio. La Biblia llama la atención en el carácter de aquellos que serán nombrados como ancianos en la iglesia de Cristo (1 Timoteo 3).
La base de la fe cristiana es que «Dios es fiel»  Por lo tanto,  es razonable,  y sensato confiar en él. Él hace promesas y cumple sus promesas, la historia ha demostrado su fidelidad a sus  promesas,  cada una de las cosas que él dijo  que haría han llegado a ser una realidad. En Jesús «todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios»(2 Corintios 1:20).
La «Fe» bíblica no es una experiencia religiosa o irracionalidad supersticiosa es  justo lo contrario; es la respuesta racional a la verdad;  ejercite verdaderamente su fe en aquel que dijo “Nunca te dejare ni te abandonare” (Hebreos 13:5)
Desconfié  de aquellos que prometen terminar con la pobreza, la  injusticia, la desigualdad esto no es posible en un mundo de pecado.
Solo Cristo lo hará posible cuando venga en  su gloria y majestad y el cielo y la tierra sean transformados.
Presbítero Marcelo Vásquez.
Capilla Santa Trinidad
Iglesia Anglicana de Chile

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