COVID19 JOVENES 2En conversación con CNN Chile, el doctor Luis Enberg dijo que “todos los servicios de urgencia están bastante al límite». Además, explicó que no sólo están recibiendo a pacientes COVID-19, sino que también a aquellos que tienen infartos, accidentes cerebrovasculares, patologías abdominales, entre otros.

El presidente de la Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia, Luis Enberg, se refirió a la crisis que atraviesa el sistema de salud nacional debido al COVID-19, luego de que este martes se informara que la ocupación de camas UCI llegó a un 96,8% en todo el país.

En conversación con CNN Chile, aseguró que “estamos con un nivel de ocupación bastante alto y eso se debe a que, a diferencia de la primera ola, no sólo estamos recibiendo a muchos pacientes por COVID-19, sino que además estamos recibiendo a hartos pacientes con patologías que no son derivadas del COVID-19, como infartos, accidentes cerebrovasculares, patologías abdominales, y eso hace que el sistema esté bastante al límite”.

En la misma línea, el especialista aseguró que “todos los servicios de urgencia están bastante al límite. Están trabajando al límite de sus capacidades tanto del punto de vista de la infraestructura como del punto de vista de las personas, y eso va a seguir así por lo menos durante esta semana y la próxima”.

“A cualquier persona que sufra un accidente grave la vamos a atender, la vamos a recibir, pero obviamente no en las condiciones ideales que a uno le gustaría”, indicó.

Sobre si decae mucho la calidad de la atención cuando se llega a una unidad de urgencia y no es posible acceder a una cama UCI, Enberg señaló que “los cuidados que recibe el paciente son los mismos. La expertiz de la gran mayoría de los especialistas en medicina de urgencia les permite manejar pacientes graves, agudos-graves o con patologías crónicas descompensadas, pero la urgencia no es el lugar ideal”.

“A urgencias, a diferencia de una Unidad de Paciente Crítico, siguen llegando constantemente pacientes y el médico no sólo se debe dedicar a los pacientes graves sino que también a los pacientes que están ingresando. Y eso genera que no sea el lugar ideal donde los pacientes que requieren una UPC deban estar”, apuntó.

En relación a si en el país está ocurriendo el dilema de la última cama, el doctor aseguró que “lo estamos viviendo bastante al límite, porque es cierto que existe una disponibilidad de camas muy escasa. Estamos llegando al límite de la capacidad de los hospitales y nos estamos quedando nosotros en las urgencias con los pacientes abajo”.

“Eso implica que tenemos que dejar de atender de forma rápida a los pacientes que vienen con patologías de menor complejidad. A la larga, eso puede terminar en que uno de esos pacientes se enferme más o se agrave su patología y termine además necesitando una cama de paciente crítico”, indicó.

“El dilema de la dificultad de las camas nos pasa todos los años en las urgencias, no es algo nuevo. Nosotros todos los años en la campaña de invierno tenemos que decidir a qué paciente subimos primero a las camas UCI y con qué paciente lo hacemos después. A pesar de que el flujo se mantiene constante, es bastante lento vaciar esas camas y muchas veces nos vemos en la dificultad que tenemos que atender a varios pacientes graves al mismo tiempo”, aseveró.

Acerca del tipo de pacientes que reciben, Enberg aseguró que son generalmente de dos tipos. “En primer lugar llegan pacientes que tienen COVID-19 o enfermedades sospechosas de COVID-19 y que son pacientes que son más jóvenes que los de la ola previa. La mayoría de los pacientes está bajo los 60 años, incluso en este momento la mayor cantidad de pacientes está bajo los 40 años”.

“La gran mayoría está llegando no tan grave como se veía en la primera ola, en la que llegaban pacientes con más edad bastante al límite. Ahora llegan pacientes que aguantan un poco más, pero llegan con un nivel de gravedad importante y lo único que hace que duren un poquito más es que son pacientes más jóvenes que tienen una mayor reserva”, manifestó.

“El otro tipo de pacientes son más jóvenes con enfermedades crónicas y que llegan bastante complicados, donde muchas veces hay que rápidamente intubarlos y eso nos lleva a que empecemos a ocupar las camas de paciente crítico”, relató.

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